4 de marzo de 2016. Las redes y organizaciones firmantes, que apoyamos la defensa de los Derechos Humanos en Honduras, repudiamos el asesinato de la lideresa indígena Lenca, Berta Cáceres, coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras – COPINH-, ocurrido la madrugada de ayer en su residencia en La Esperanza, Intibucá, Honduras.

Berta Cáceres vivió defendiendo los derechos territoriales y culturales de los pueblos indígenas, los pueblos garífunas y el campesinado. Era reconocida a nivel nacional e internacional como defensora de los Derechos Humanos, particularmente de los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas. En el 2015 recibió reconocimiento internacional por su trabajo con el Premio Medioambiental Goldman, la mayor distinción para activistas que luchan en defensa del territorio, los bienes naturales y la Madre Tierra. Berta, con la visión integral de humanidad que caracteriza las cosmovisiones indígenas, siempre se solidarizó con las causas de otros pueblos.

En los últimos años, Berta fue víctima de acoso, persecución, intimidación,  estigmatización y criminalización tanto por actores estatales como no-estatales, debido a su actividad defendiendo los Derechos Humanos en un contexto donde las comunidades indígenas se oponen a la instalación de explotaciones hidroeléctricas y extractivas en sus territorios sin su consentimiento libre, previo e informado. Luchaba, particularmente, por la recuperación de las tierras del pueblo Lenca en Río
Blanco, Intibucá, frente a la construcción de la represa hidroeléctrica Agua Zarca por la empresa nacional Desarrollos Energéticos S.A. de C.V. (DESA), proyecto que cuenta con financiamiento nacional (Banco FICOHSA) e internacional, incluidos fondos provenientes de Países Bajos, Finlandia y Alemania. Desde el año 2009, era beneficiaria de medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (MC 196/09), pero éstas no fueron debidamente aplicadas.

Ante este grave crimen:
1) Nos solidarizamos con su familia, con el pueblo Lenca e integrantes del COPINH, así como todas las organizaciones sociales en Honduras que hoy están de luto.
2) Condenamos el asesinato de Berta e instamos a las autoridades hondureñas a invertir todos los recursos necesarios para investigar de manera independiente, procesar penalmente, castigar a los responsables materiales e intelectuales; asegurar la protección y seguridad de testigos y tomar las debidas medidas de reparación, incluyendo la dignificación pública de la memoria de Berta.
3) Llamamos a las instituciones hondureñas a cumplir con su deber de garantizar la protección de todas las personas que defienden los Derechos Humanos en su país y a la debida implementación de la Ley de Protección para las y los Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia, vigente en Honduras, a fin de que hechos como éste no se vuelvan a repetir.
4) Exhortamos a la comunidad internacional a condenar este asesinato y adoptar todas las medidas necesarias para asegurar que el Estado hondureño cumpla con sus obligaciones de Derechos Humanos. Y les llamamos a adoptar las medidas adecuadas para asegurar que el apoyo financiero bilateral o multilateral dirigido a Honduras contribuya al pleno respeto y realización de los Derechos Humanos y jamás contribuya a la comisión de violaciones.

En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra y el agua y el maíz, de los ríos somos custodios ancestrales el pueblo Lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas, que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos, es dar la vida para el bien de la humanidad y este planeta”. Berta Cáceres en el Discurso de la entrega del premio Goldman, 2015.