Francisco Campo (centro), durante un evento en la ciudad de Barrancabermeja en 2001 [Foto: Julien Menghini]

Articulo publicado en el Boletín especial 15 años, octubre 2009 

 

Chiara Gambardella, voluntaria de Italia (2008-9)

En 1994, PBI abre una sede en Barrancabermeja y tres voluntarios empiezan a acompañar a la presidenta de la organización CREDHOS.

Francisco Campo es un activista político que trabajó desde  1987 hasta el 2004 en la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), y actualmente es miembro de la organización Corporación Nación en Barrancabermeja. Sufrió un atentado en su contra en 1989 y por ésto tuvo que abandonar Barrancabermeja, pero regresó en 1995 para trabajar con CREDHOS como promotor rural y ulteriormente como vicepresidente. PBI acompaña a CREDHOS desde 1994.

PBI: ¿Cuáles fueron las razones que llevaron a CREDHOS a pedir acompañamiento a PBI?

Francisco Campo: La década de 1986 a 1996 fue un periodo muy duro en el Magdalena Medio, en particular entre  1987 y  1992, cuando se implementó la red de la Armada 007, una red de inteligencia que actuaba con sicarios civiles y en colaboración con el Batallón Nueva Granada. Se les conocía como «escuadrones de la muerte».

Esta «etapa negra» empieza con el asesinato en 1986 de Leonardo Posada Pedraza, representante a la Cámara del partido de la Unión Patriótica. En este contexto en 1987 nace CREDHOS. El deseo de la organización de desenmascarar  a los implicados en esta red delictiva tiene un coste muy alto. CREDHOS pierde siete de sus integrantes entre  1991 y  1992 y la casi totalidad de su directiva se ve obligada a dejar la ciudad e incluso el país. Es en  1993, durante una asamblea que tenía como finalidad reestructurar la dirección de CREDHOS, cuando se decide pedir el acompañamiento de PBI a  sugerencia del Padre Javier Giraldo y de algunos miembros de ASFADDES.  

PBI: ¿Qué recuerda de las relaciones entre CREDHOS y el primer equipo de PBI?

FC: En  1994  llegó el primer equipo de PBI a Barrancabermeja. Eran sólo tres personas: Javier, navarro (España), Nicole, francesa, y Jenny, norteamericana. A rotación, pasaban el día en la oficina de CREDHOS, en la casa de PBI o acompañando a Osiris Bayther, la presidenta de la organización en aquel entonces, quien corría un riesgo muy alto. Se creó una relación de hermandad, de plena integración con estas personas. Además, era un momento muy romántico: gente del Occidente que dejaba su casa y su proyecto de vida para irse al «tercer mundo» a acompañar a personas que, a su vez, se estaban arriesgando al acompañar a otras. Fue un reto para ellos: intentar comprender nuestro particular modo de ver la vida les ponía en un estado de desconcierto permanente, que terminó en la creación de unos vínculos muy estrechos.

PBI: ¿Usted qué cree que significó para CREDHOS el acompañamiento de PBI?

FC: En toda esta etapa de consolidación de CREDHOS PBI tuvo un papel fundamental ante  todo por el mensaje que trasmitió. Estos tres brigadistas representaban el respaldo de la comunidad internacional a CREDHOS. Gracias a la disuasión  que PBI tenía hacia el Estado y hacia los mismos grupos armados ilegales, CREDHOS pudo levantar más su voz en la región y ampliar su trabajo a más procesos. Además, el trabajo político que PBI desarrolló en el exterior nos permitió empezar a mirar hacia fuera.   PBI fue el vínculo que hizo posible el acercamiento entre CREDHOS y otras organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Christian Aid.&nb