Pueblo guajiro

Articulo publicado en el Boletín especial 15 años, octubre 2009

Anita Linares, voluntaria de Suiza (2004-6)

El Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo apoya a comunidades afectadas por la extracción de carbón en el departamento de La Guajira.

En abril de 2006, PBI hizo un acompañamiento al Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CCAJAR) y la ONG Suiza «Grupo de trabajo Suiza-Colombia» (ASK!) a La Guajira, visitando comunidades alrededor de la mina El Cerrejón, la mina a cielo abierto de carbón más grande de Colombia. El objetivo de este viaje era encontrarse con víctimas del desalojo del pueblo Tabaco, recoger datos en las comunidades sobre los impactos de la extracción de carbón (contaminación, salud, educación, empleo, infraestructura), ofrecer posible asesoría jurídica para las negociaciones entre la empresa que explota la mina y las comunidades en cuanto a su desplazamiento e incluirles en el proceso de reparación con Tabaco. 

Muchos encuentros, momentos e impresiones de este viaje se quedaron grabados en mi memoria, entre éstos los más destacados son los siguientes:

Me entristeció la situación desoladora de las veredas alrededor de la mina, golpeadas por intereses económicos de empresas multinacionales. Las comunidades viven en condiciones precarias, la tierra está contaminada y es poco fértil, los vegetales no crecen, la contaminación genera graves problemas de salud, el movimiento en el área está limitado debido al cierre de carreteras, las regalías no están invertidas en la infraestructura de los pueblos más cercanos a la mina, la población local tiene poca posibilidad de recibir empleo en la mina y varias comunidades están en riesgo de ser desplazadas. 

 El encuentro con las víctimas del desalojo del pueblo Tabaco me hizo entender aún mejor que significa ser desplazado. No sólo empeora su situación económica y los  vuelve dependientes de la ayuda de familiares, también sufren las consecuencias de la ruptura del tejido social comunitario. A pesar de sus duras experiencias mantienen el espíritu y la fuerza necesarios para seguir luchando en la reivindicación de sus derechos básicos y por recibir una reparación adecuada. Reparación que no sólo les permitirá reconstruir una vida digna y el tejido social de la comunidad, sino también – ojalá – poder negociar mejores condiciones para otras comunidades en riesgo de ser desplazadas. 

 Me sorprendió el fuerte compromiso de organizaciones como CCAJAR y sus integrantes, quienes siguen apoyando la lucha justa de pueblos desfavorecidos y ofrecen su conocimiento y sus recursos para ofrecer asesoría. A pesar de estar viviendo en condiciones precarias, la gente colombiana no pierde su espíritu positivo  y su capacidad de disfrutar la vida. 

Debido al mal tiempo y al cierre de la carretera, a las seis de la tarde nos fue imposible regresar a Albania. Nos hospedó una familia en Remedios. Nos brindaron su generosa hospitalidad e incluso organizaron una fiesta «muy a la colombiana». Todos disfrutamos y bailamos hasta muy tarde.

Posteriormente, ya en Suiza, pude encontrarme de nuevo con José Julio (desplazado de Tabaco). Me alegra que la comunidad internacional siga apoyando su lucha por una reparación digna de las víctimas de Tabaco, y de paso obtener mejores condiciones para las veredas en riesgo de desplazamiento.