Escrito por AGENCIA EFE   

Nueva York, 22 oct (EFE).- La organización no gubernamental Human Rights First (HRF) entregó hoy su premio anual de derechos humanos al activista colombiano Gabriel González, coordinador regional del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos de Colombia (CSPP).
"Es un gran honor recibir este galardón, porque cuando en Colombia trabajamos por los derechos humanos lo hacemos sin esperar ningún reconocimiento, sino más bien al contrario", dijo a Efe el activista, quien detalló lo mucho que ha tenido que esperar para recibir un visado que le permitiera la entrada a Estados Unidos.

González, que estuvo preso en su país durante quince meses acusado de ser miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que aún se puede enfrentar a una nueva pena, esperó cuatro meses para saber si podría recoger el premio que HRF le entregó hoy en Nueva York.

"Ha habido muchas dificultades. Los trámites para el visado han durado como cuatro meses y gracias a la presión de Human Rights First ya estoy aquí para recibir este premio", explicó el activista de 33 años, cuyo proceso legal levantó en su día la preocupación del Departamento de Estado de Estados Unidos y de Naciones Unidas.

González trabaja en el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos de Colombia (CSPP) para promover el acceso a la Justicia para prisioneros y víctimas del conflicto armado colombiano, una labor que, según el activista, incomoda al Gobierno de su país, que hace "lo imposible por silenciarla".

"A mí me encarcelaron para acallar nuestro trabajo, pero realmente en los meses en los que estuve preso pude comprobar en mi propia carne las condiciones inhumanas que se viven en las cárceles colombianas y realizar así una especie de trabajo de campo", aseveró el activista.

Los responsables de Human Rights First eligieron a González como ganador del Premio Derechos Humanos 2009 "por su valiente defensa de los derechos humanos en Colombia" y como ejemplo del "problema sistemático" que existe en ese país, donde "los activistas son sometidos a acusaciones falsas destinadas a estigmatizarlos y silenciarlos".

Mientras cumplía condena, González, que negó de nuevo su vinculación con las FARC y que se dedicara a reclutar jóvenes para luchar con los guerrilleros, pasó varias semanas en una cárcel de máxima seguridad, de las que vivió "ocho días de aislamiento total como si fuera un preso peligroso".

El activista, que explicó que durante esos días no tenía "ni sábanas, ni útiles de aseo", aseguró que durante el proceso judicial en el que se vio implicado los supuestos testigos no fueron capaces de identificarlo como miembro de las FARC ni reconocer su nombre.

"Este premio es un mensaje muy importante a la comunidad internacional y al Estado colombiano sobre la legitimidad de mi trabajo como defensor de los derechos humanos en el seno de el CSPP", dijo González.

El colombiano aseguró que, "después de haber estado en la cárcel, no podemos permitir que nadie más viva lo que yo pasé siendo inocente"", y denunció que en Colombia, "en aras de la democracia, se luche precisamente contra la democracia".

"En Colombia, todo el que diga que es defensor de los derechos humanos teme por su vida. Desgraciadamente se trata de una profesión de alto riesgo", dijo González, quien aseguró que las personas como él han sido totalmente estigmatizadas "sobre todo durante el mandato del presidente Álvaro Uribe".

El activista denunció, además, que al haberlo acusado de ser miembro de las FARC, también se le ha colocado "en el blanco de los paramilitares", una situación "que empeora la cosas" y que lo hace temer por su bienestar y el de su familia, que "jamás pensó que mi trabajo conllevara todo eso".