Colombia es ilusión y alegría. Es arte, fiesta y folklore.
Colombia es García Márquez y Botero.
Colombia es cumbia, vallenato, champeta y son tambores.
Colombia es una sonrisa del campesinado que te acoge.
Colombia son cientos de líderes sociales que luchan por los derechos humanos, 
a pesar de vivir amenazados y que cada día son asesinados. 
Colombia es olor a café, color esmeralda. Es biodiversidad, es la Costa Caribe, es Caño Cristales, es cultura e historia. 
Colombia es la de las mejores playas de América.
Colombia es la que se resiste a seguir viviendo en la impunidad, en el terror, en la muerte, en el conformismo...
Colombia es la resistencia pacífica de las comunidades afros, campesinas e indígenas.
Colombia son sus mujeres, nativas y originarias.
Colombia es el lugar que lucha incansablemente para encontrar la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
Colombia es un país donde convive el pasado con el futuro. 
No solo son muertes y desaparecidos, ni megaproyectos o minería. No son solo sueños rotos ni tristezas.
Colombia es, a pesar de todo, un país alegre. 
Colombia somos todos y todas.

El 25 de junio se representó la obra de teatro "Colombia Es" en Mérida (Badajoz), de la mano de la compañía Theatre for Roots y PBI-EE. Las altas temperaturas de la capital extremeña en pleno mes de junio no fueron impedimento para que el público acudiera a la cita y disfrutase de una historia -más bien de muchas historias- donde se muestran detalles del contexto colombiano que no siempre llegan a través de los medios convencionales y es complejo percibirlos más allá de sus fronteras.

El público emeritense pudo conocer la historia de una joven víctima de la Operación Génesis (interpretada por la actriz Jessica Serna), una madre que buscaba incansable a su hijo, desaparecido como falso positivo judicial (interpretada por Luisa Caledón), un campesino que fue obligado a unirse a la guerrilla, cuando no había otras opciones de vida en su comunidad rural (interpretado por el actor John Ramírez), o un joven revictimizado por haber sufrido un desplazamiento forzado en su territorio y, con los años, haber perdido un ojo por la violencia policial en una manifestación en Cali (Valle del Cauca) (interpretado por Armando Jiménez).

Todas ellas son historias basadas en la realidad que Nazaret Vázquez, directora de la muestra, investigó en terreno para incorporarlas después en un texto cargado de emociones, en el que también participaron PBI-EE, Mundubat y Mugarik Gabe Nafarroa. Historias del Caribe colombiano, pero también de Buenaventura, en el Pacífico, y de las zonas montañosas y campesinas del interior. Realidades que ocurrieron en la ruralidad pero también en las calles de las urbes. Y es que la diversidad colombiana ha hecho que sus gentes también guarden las más distintas realidades de un conflicto que se perpetuó en todos los rincones, afectando por igual las vidas de miles de personas que se vieron obligadas a huir y callar.

Ahora, y con un Acuerdo de Paz en desarrollo, la esperanza volvió a Colombia y el arte y su magia intentan cambiar el rumbo de las cosas. Así, al menos, es el objetivo de "Colombia Es", una obra que te envuelve desde el principio por la rudeza de los testimonios pero que, poco a poco, va dejando ver la fuerza, valentía, resistencia y resiliencia de un pueblo que le apuesta a la paz, a la verdad y a la justicia social. Las propuestas de protección colectiva de sus comunidades afrodescendientes, indígenas y campesinas son un ejemplo de muchos tantos creados en Colombia tras el cansancio de sufrir y ver incompletos sus sueños. 

Pero, ¿qué papel cumplimos nosotras y nosotros desde aquí, desde el otro lado del charco, sin que la información llegue en su totalidad y tengamos una vaga y difusa idea de lo que allí ocurre? Pues de eso también cuenta la obra. Y nos lleva a las calles a consultar a la gente que no sabe responder por qué la violencia en Colombia está relacionada con nuestra forma de consumo: qué compramos, dónde lo hacemos y con qué frecuencia son algunos de los interrogantes abiertos. Y como si de una colleja se tratase, de repente, el escenario nos abre los sentidos para, al menos, tener más conciencia y certeza de que hay que continuar trabajando por la defensa de los derechos humanos en las zonas del mundo donde aún se violan y se violentan.

Desde PBI-EE, persistimos en acompañar y proteger a personas y organizaciones que defienden derechos en sus territorios y que, por esa labor, tienen riesgos y vulneraciones, tal y como bien muestra “Colombia Es”.

Aquí les dejamos algunas imágenes de esta representación en Mérida, que dejó muy buen sabor de boca tanto a actores y actrices, como al público asistente.

Fotografías de Alberto Amortegui y Silvia Arjona, de PBI-EE.